Reyes Sánchez García/ agosto 12, 2021/ Gestión de la calidad/ 0 comentarios
Tiempo de lectura: 4 minutosExiste distintos tipos de pruebas de rendimiento. Debes tener en cuenta que son pruebas no funcionales, en las que necesitarás apoyo de herramientas para su ejecución. En función de lo que deseas probar, disponemos de 5 grupos grosso modo. Son muchas las ventajas que aporta añadir pruebas de rendimiento a tu plan de pruebas, las puedes ver en el post: Los 8 beneficios de las pruebas de rendimiento. Aunque ahora lo que vamos a tratar es de que sepas las características y objetivos de cada uno de los tipos.
Índice de contenidos
Pruebas de carga
Este tipo de pruebas las hacemos emulando el uso de un sistema o software en el mundo real. Para ello simulamos el uso que se le pueda dar a esa aplicación replicando el número de usuarios concurrentes en una página web, por ejemplo. O también comprobando el número de transacciones que recibe un componente con una carga esperada.
Gracias a esas pruebas podemos analizar e identificar algunos datos interesantes como son la escalabilidad, la capacidad de respuesta, el rendimiento y los cuellos de botella de nuestro sistema de información.
Pruebas de estrés o sobrecarga
Las pruebas de sobrecarga o estrés tienen el objetivo detectar el punto crítico en el que nuestro sistema de información no soporta la carga simultánea de usuarios, procesos o transacciones. Por ejemplo, una web puede subir una caída (página no disponible) por un acceso simultáneo a dicha web por muchos usuarios concurrentes al haber sido publicada una noticia muy relevante.
Gracias a estar pruebas podemos conocer de forma preventiva los límites de nuestro software: tiempos de respuesta, número máximo de operaciones simultáneas ante las cuales el sistema se colapsa, etc. Realizando estas pruebas de esfuerzo, localizamos el punto de ruptura de nuestro sistema obteniendo información extra: sabremos como maneja el sistema esta circunstancia y como se recupera.
Pruebas de picos
Este conjunto de pruebas es uno de los tipos de prueba de rendimiento más interesante. Se suelen ejecutar de forma automatizada, mediante una herramienta o software. Consiste en realizar una carga sobre nuestro sistema de información variando en gran medida el número de usuarios drásticamente, desde muy pocos a una gran cantidad, de forma alterna. Se debe realizar un análisis exhaustivo de los valores registrados en función del conjunto de datos que le entran en cada momento. Gracias a las pruebas de picos podremos encontrar casi cualquier anomalía que se pueda presentar en nuestro software.
Pruebas de capacidad
Las pruebas de capacidad se utiliza para verificar que nuestro sistema se comporta de forma adecuada antes una carga alta predefinida de usuarios. En otras palabras, necesitamos saber que nuestro sistema de información no disminuirá su rendimiento ante un acceso simultáneo grande de usuarios. O en el caso de que disminuyera su rendimiento lo hará de una forma aceptable, cumpliendo los mínimos exigidos.
Pruebas de aislamiento
Este conjunto de pruebas es uno de los tipos de pruebas de rendimiento más específicas. Se utilizan cuando disponemos de un software con una estructura muy compleja y es necesario probar su comportamiento de forma individual. Para el diseño y la ejecución de este subconjunto de pruebas debemos de centrarnos únicamente en lo que pueda afectar a dicha funcionalidad analizando la carga, el estrés, los picos y la capacidad, pero como si de un sistema independiente se tratará.
Pruebas de escalabilidad
El objetivo principal de las pruebas de escalabilidad es por un lado: detectar si hay fuga de memoria en nuestra aplicación. Y por otro, analizar si nuestro sistema puede admitir más carga. Aunque también son interesantes para realizar ahorro en los costes de nuestro software midiendo cómo se podría ajustar algunos parámetros y configuraciones, ajustando el rendimiento de nuestras máquinas.
Consiste en aplicar una carga esperada y continuada sobre el software. Por ejemplo, si realizamos un pequeño cambio en la configuración, posteriormente debemos ejecutar unas pruebas de rendimiento para analizar como se comporta ante pruebas de carga, de estrés y de resistencia. De esta forma conoceremos si nuestro sistema podrá asumir más carga. Hay veces que no se incluyen dentro de las pruebas de rendimiento como tal, pero es innegable que tienen una relación muy directa.
Conclusión: Apuesta por los distintos tipos de pruebas de rendimiento
Es importante incluir en tu plan de pruebas, un conjunto de pruebas de rendimiento. Con ello nos ahorraremos sorpresas desagradables en nuestro software. Sobre todo, es vital que se incluyan este conjunto de pruebas de forma previa al lanzamiento de un producto. Incluso añadiría, que estas pruebas es necesario realizarlas antes del testing funcional, para realizar las modificaciones pertinentes de forma previa a la ejecución del plan de pruebas de integración.
Para que puedas realizar tu plan de pruebas de rendimiento es importante que conozcas y distingas los tipos de pruebas de rendimiento, para poder aplicar la que corresponda en cada momento.
¿Se ha gustado el post? ¿Te gustaría que hablara de las herramientas que nos pueden ayudar en la ejecución de las pruebas de rendimiento? Déjame un comentario, o apúntate al boletín de novedades y no te perderás las próximas publicaciones.